20091114

Crónicas sobre la Memoria Desequilibrante y unos Momentos de Belleza I

Ayer la luna se vistió de gris, quizá para tratar de camuflarse con el día nublado. Felizmente para mí, no lo logró. Y creo que haga lo que haga, yo nunca podría dejar de darme cuenta de cómo ilumina cada espacio y momento con su sola presencia. De cómo parece que provoca un equilibrio entre el caos de mis circunstancias. Lo mejor, y quizá sea ésta la clave de su efecto sobre mí, es que ella lo hace sin saberlo, de forma total y absolutamente involuntaria. Y entonces no me quedan más opciones que sentirme afortunado por ser capaz de apreciar el mundo bajo la luz que ella despide.

20091112

Seis líneas

Hace poco tuve un sueño muy extraño y muy corto pero, sobre todo, muy triste. En él, perdía a todos mis amigos de golpe. Sin previo aviso y de una forma horrible, que me abstendré de relatar. El punto es que me desperté queriendo decirles a todos lo que muy pocas veces digo (por no decir que nunca). Si estás leyendo esto, amig@, debes saber que te quiero y que de alguna forma has influido en mi persona. En otro post me preguntaba de qué modo habrían repercutido mis acciones y mis palabras en la gente que me rodea. Lo cierto es que nunca me he detenido a hacer lo contrario. Es decir, sí reconozco, por lo menos de forma general, en qué aspectos de mi vida, incluso de mi personalidad, existe un poco de aquellas personas cercanas a mí, y que por algo llamo familia y amigos. Pero nunca me molesto en decirles cuánto significan para mí. Claro que trato de demostrarlo, pero eso no siempre resulta como quisiera. Nada tan claro como esas dos palabritas tan simples que no a todos nos es tan fácil pronunciar. Suena trillado sí, suena a e-mail de cadena con animalitos ridículos o con paisajes y musiquita de fondo, suena cursi. Pero hazte un favor: la próxima vez que sientas que necesitas decirle a alguien que l@ quieres, hazlo. Es más simple de lo que crees, y puedo decirte que es peor cuando el hubiera se hace presente, y entonces los años de ausencia se convierten en pequeñas líneas, en pequeñas marcas que se van grabando en tu alma.

Todo esto me viene a la mente porque el día de hoy, hace seis años, Dios quiso llevarse a un miembro de mi familia. Si quieres saberlo, sí, todavía me entristece recordarlo. No lo demuestro, pero todavía tengo dentro de mí algo de sensibilidad como para no olvidarlo. Me han dicho que tengo mucho de él. Físicamente puedo asegurar que sí; he visto fotos. Seguramente de todo lo demás también, puesto que no sólo la genética se pasa de generación en generación. Tristemente, en 23 años de conocerlo nunca le dije lo que él era para mí. O tal vez sí, pero probablemente lo hice a tan temprana edad que ya no lo recuerdo. Y lo cierto es que sí admiraba muchas cosas de él. Lo que más, el haber criado a mi padre de forma tal que cuando le tocó a él hacer lo mismo conmigo, supo hacer de mí lo que soy ahora, y seguir queriendo ser como él, porque aún me falta mucho para eso.

En fin, sólo quería escribir esto para decirte que te extraño y me acuerdo mucho de ti, y cuando lo hago sonrío porque sé que estás bien. Donde quiera que estés, solamente quiero que sepas lo que callé por cualquier razón que ahora, mirando hacia atrás, carece de importancia.

Te quiero, abuelito.




20091019

Instructivo para viajar

Paso 1.

Tómese un minuto de soledad. No tiene que ser absoluta: si se encuentra en una habitación llena de personas, basta con que usted no se sienta identificado con ellas, con su conversación o con las demás actividades que se llevan a cabo a su alrededor.

Paso 2.

Relájese. Puede que usted no lo sepa, pero es muy probable que se halle bajo una carga de estrés emocional o psicológico que no siempre es fácil de identificar. Este es un paso vital para alcanzar cualquier destino ya que, obviamente, es muy difícil (por no decir imposible) emprender un viaje cuando uno está bajo presión, sobre todo laboral, aunque puede ser deportiva también... ¿cuándo se ha visto que a un portero de fútbol le metan un gol por andar en pleno viaje? ... mmm está bien, no es el mejor ejemplo pero creo que se entiende el punto.

Paso 3.

Comience a pensar. En cualquier cosa. Puede ser importante para usted. Puede ser que simplemente se quedó mirando fijamente un punto y se acordó de algo totalmente irrelevante y ajeno al contexto inmediato. Si es así, ¡felicidades! Ha alcanzado el tan misterioso punto de no retorno. Sí, ese instante que, por más esfuerzo que hagamos, no podemos ubicar de forma precisa ni en el tiempo ni en nuestra secuencia de pensamientos, una vez que hemos regresado del viaje.

Paso 3 (alternativo).

Comience a no pensar. En nada. La idea es desconectarse completamente del mundo que lo rodea. A fin de cuentas, no se va a acabar en un futuro cercano (o eso queremos creer). Apague su cerebro, si es posible. No, no me crea, no es posible hacerlo totalmente (quizá con una buena dosis de alcohol, pero aquí no promovemos los vicios). Verá que pronto, a veces gradualmente, a veces repentinamente, empezará a experimentar cómo toma forma una idea, muy probablemente inesperada e inútil, pero que después lo hará preguntarse qué diablos lo llevó a semejante ocurrencia.

Paso 4.

En este momento usted es uno mismo con el entorno. Lo que es más importante: es usted uno mismo con usted mismo. Suena un tanto extraño ¿no? Tal vez no lo es tanto. Explico: es en instantes como éste que realmente somos uno mismo. Tengo la teoría de que se debe a la falta de distracciones, de influencias, de "contaminación" por parte del mundo exterior. Y es que este mundo exterior ya no es. Ahora se ha vuelto interior. Y es precisamente en esta introspección cuando pueden surgir las ideas más descabelladas, o las más originales, quizá hasta las más revolucionarias (sólo lo sabrá cuando se decida a ejecutarlas). En fin, en este espacio que podemos llamar nuestro, podemos ser y hacer lo que queramos, sin límites.

Paso 5.

En realidad no sé si definir esta etapa como un momento establecido del proceso divagatorio (creo que acabo de inventar otra palabra). La verdad, en mi experiencia, nunca me he dado cuenta del momento exacto de mi regreso. Simplemente... despierto. Las causas de la súbita interrupción al trance son misteriosas. Puede ser provocada por un sonido, por una imagen, por un cambio de luz, etc. Lo cierto es que, cuando uno regresa, no puede dejar de preguntarse cómo llegó ahí, a ese momento en particular. Sólo nos queda esperar al próximo tren del pensamiento, o aeroplano de la mente, o lluvia de ideas, o como quiera usted llamarle. En fin, como bien titula este blog, al próximo autisteo. Hasta entonces, tendremos que seguir viviendo de este lado de la realidad, lo cual no es malo, pero le aseguro que podría ser mejor.

Advertencia:

Por su propia seguridad, le aconsejo abstenerse de experimentar estos episodios cuando se encuentre detrás del volante. Sí, lo sé, puede resultar complicado, puesto que generalmente se presentan de forma involuntaria y por demás inesperada. Pero hay que hacer el intento. Puede ser un disco con canciones que se sabe, y al cantarlas evitar la distracción excesiva con respecto al camino. Puede ser bajar los cristales totalmente, para empaparnos de la atmósfera y los ruidos de la ciudad. No sé, lo que sea, el punto es evitar divagar lo más posible. Puedo asegurarle que regresar repentinamente de uno de estos viajes y ver el auto de enfrente a sólo unos cuantos centímetros asusta. Y mucho.

It is green outside
Where it seems magical
And if nothing works
We'll do nothing
I hope we're on time

- Mew




20090903

Problemática de la coincidencia III

Me descubro (tarde) siguiendo una estrella polar que no es, que invierte a su antojo los polos de mi ser, a veces sin querer, a veces haciéndome estrellar en una ruta tan alterna que no es posible seguir. Mientras observo mi brújula, has llegado a tu destino hace ya tiempo, y yo me quedo maldiciendo inconveniencias de una mala sincronización. Navego a través de oleadas de incertidumbre, sin cordura; soy capitán y esclavo de mis propias decisiones. De mis propias incoherencias, conclusiones al acecho de una mente ingrata y susceptible, como el mismo mar de identidades que he tenido que sortear y que al final responde a un solo nombre. O tal vez creo que en ocasiones llego a islas desiertas y seguras, que tan sólo condescienden con mi forma de viajar.

Será que sólo pienso en tus
ojos como una expresión del color del universo, o una extensión de un portal hacia otro mundo persuasivo y paralelo. Puede ser que me he sentido absurdamente afortunado por contar con tu presencia, tan fugaz como frecuente tu ausencia. Incluso es posible que halle cierto extraño placer en tu silencio suspicaz. La coincidencia se vuelve un problema cuando es alimentada por respuestas ambiguas, por suposiciones yuxtapuestas con minutos transcurridos bajo polvo cósmico y las nubes de testigos.

El problema de esa sonrisa es el estado que provoca, de vulnerable, obsesivo y fatídico embeleso, la gravedad intransigente que convierte al corazón en estadística más de tus recuerdos. Como si contaras las hojas secas bajo tus pies, con el desdén oculto y típico de quien se sabe poseedora de mis momentos de luz e inspiración. El problema de una mirada, de una palabra, es que le quita toda facultad a mis intentos por hacer del olvido un modo de vida. Lo inquebrantable de mi espíritu adquiere entonces cualidad de ficticio.

El problema de la coincidencia es la combinación de ojos y café. De música en clave que no deja de sonar a sueños entre calles y paseos entre la luna con la estela de tu voz. El problema de coincidir es querer alinear tus minutos con mis días, tus días con mis semanas, en búsqueda tan sólo de una memoria contigo que transforme este mundo y le conceda explicación. El problema de la coincidencia... es que al mismo tiempo existe, y no.


20090819

Heartbeats

Influenciado por mi actual e insoportable bloqueo creativo, decidí postear lo siguiente, que tiene ya algunas semanas. Es curioso lo que se puede lograr juntando algunos versos/estrofas significativos de algunas canciones que me gustan. Por supuesto, puede resultar en una sarta de incoherencias, pero creo que esto no salió tan mal. Espero que reconozcan por lo menos unas 3 ó 4. Canciones, no incoherencias ;)

One night to be confused
one night to speed up truth
and you change the beat disguised
like a call to realise

I am all the days
that you choose to ignore,
and anything to make you smile,
it is my better side of you to admire

I would like someone to make a map,
mark my home and draw some lines that match,
'cause she knows that it'd be tragic
if those evil robots win
I know she can beat them

Here I dreamt I was an architect
and I built this balaustrade
to keep you home, to keep you safe
from the outside world
I'll be the fire escape that's bolted to the ancient brick
where you will sit and contemplate your day
Ooh I don't know what to do
about this dream and you
I wish this dream comes true
Help, I'm alive!
My heart keeps beating like a hammer,
so maybe tomorrow I'll find my way home

Lay off, don't stray
well my kind's your kind
I'll stay the same!
Gravity, release me
and don't ever hold me down,
now my feet won't touch the ground

I've had enough of this parade
I'm thinking of the words to say
(as the world is soft around her
leaving me with nothing to disdain):
and I'm shaken, then I'm still;
when your eyes meet mine I lose simple skills,
like to tell you all I want is now.

20090806

Insomnio injustificado (o el tren de las 2)

Ya es oficial. No puedo dormir. Creo que algo no está del todo bien en mí. No sé qué es, pero he de averiguarlo pronto, porque creo que no es ni sano ni normal estar escribiendo a las 2 de la mañana. Ya estoy de nuevo preguntándome si esto es normal, y a cuántas personas en el mundo les estará pasando en este mismo momento. Lo que es peor, sin razón aparente, sin justificación alguna. ¿Será por el puro gusto? Ya no me queda claro si puedo aplicar esa palabra. No ahora. Podría ser que la tinta y mi caligrafía deformada sean un catalizador de mi momentánea ansiedad. Tampoco sé qué tan adecuada sea esa condición. Evidentemente, no descanso, pero no me atrevería a calificarme de ansioso a mí mismo. Probablemente de obsesivo-compulsivo, aunque ni siquiera soy capaz de asegurar que tengo alguna obsesión que me cause algún desorden mental (otro más).

Es decir, todos tenemos alguna obsesión ¿no? Bueno, tal vez no nos gusta llamarla así. Quizá es una "meta" o un "sueño", que resultan palabras más amigables, por lo menos a primera vista. Pues sueño es precisamente lo que no tengo en este instante. No en el sentido fisiológico del término. Siento mis párpados cansados, sí, pero simplemente no funciona cerrarlos y esperar la inconsciencia. O subconsciencia, mejor dicho. Ahora, no puede llamársele meta a algo que no tienes claro, ¿o sí? O sea, si no tienes claro como conseguirla, ni cuándo, ni dónde. Peor aún: ni siquiera tienes en mente a quién te gustaría tener a un lado cuando eso suceda.

Pero sí tengo cosas en mi mente. A veces creo que demasiadas. Tengo "pendientes", "objetivos", en fin, cosas que quiero hacer. Lugares que conocer, personas. Sobre todo personas. Llámenme frío. Llámenme analítico. Eso no evitará que deje de pensar en cómo ha afectado mi vida cada gesto, cada palabra, cada acto que he experimentado de cada individuo que se ha atravesado en mi vida, cercano o no a mí. Por supuesto que me gustaría pensar que lo que hago o digo también influye en los demás, y que lo hace de forma positiva. O negativa. Digo, por eso de que "no hay mal que por bien no venga". A lo mejor te cruzaste conmigo y te dije algo que no querías o no esperabas escuchar, pero que igual te serviría después. A lo mejor no te simpatizo porque me saludaste y te puse mala cara, producto de mi mal día, mi mal humor, o más probablemente de mi carácter introspectivo en exceso. O tal vez lo contrario. Tal vez me aprecias por alguna razón que no alcanzas a comprender. Tal vez no has descubierto que posiblemente hasta me quieres un poco, o un mucho.

Ya se me acabó la hoja, lo cual no tendrá sentido cuando transcriba esto en la computadora, pero creo que es una señal de que ahora sí necesito dormir. Son demasiadas ideas en tan poco tiempo (for the record: son las 2.35am) como para seguir tratando de ordenarlas. Cómo quisiera verme desde fuera... quisiera ser director de mi propio "Truman Show".

I wake up
And the day feels broken
I tilt my head
I'm trying to get an angle

- Björk

20090804

So give me coffee and TV

Hoy es martes. Y de repente, se me olvidó que lo era, pensé que era miércoles. Creo que existe una explicación perfectamente lógica: el vaso de frapuccino moka con crema batida que me estoy tomando en este momento. Ya sé, probablemente después me queje de su casi obsceno contenido calórico (jajaja naah, no es cierto), pero no me importa. Y es que un café como este, específicamente, es una de las cosas más deliciosas del mundo. Si me dan a escoger entre esto y el aroma de las palomitas recién hechas, la verdad es que me pondrían en una verdadera encrucijada. Sería una lucha encarnizada entre dos monstruos hechos de sabrosura. Me atrevo a decir que hace que el tiempo se pase más rápidamente y, contrariamente a lo que comúnmente se pensaría que provoca, es decir, la aceleración de los sentidos, a mí en particular me relaja bastante. Porque cuando uno mejor se la pasa es cuando más rápido transcurre el tiempo ¿no? ¡Qué diablos! de repente ya son las 11 de la mañana.

Y es que, independientemente de sus propiedades acelerísticas (¡bravo! acabo de inventar una palabra) y al mismo tiempo relajantes, no se puede negar que una taza/vaso/lata de café, ya sea caliente o frío -prefiero este último, si me preguntan- resulta el pretexto perfecto para interactuar no solamente con otras personas, sino con nuestro propio mundo. Piénsalo: ¿a poco no trabajas más a gusto con un café a la mano? ¿no fluyen mejor las ideas? Y si lees un libro ¿no imaginas más fácilmente personajes y escenarios? Si conversas con alguien ¿no te cuesta menos trabajo aclarar lo que vas a decir antes de hacerlo, o entender por completo lo que te dice? Oh yeah, let it flow.


Por estas razones (ok, seguramente hay muchas más, pero para mí éstas son las principales), he aquí una oda corta al café, totalmente improvisada:

oh! café, que desarmas conflictos,
con tu líquida sustancia,
pequeña fuente de desvaríos

oh! café, que haces juego con ojos y sonrisa,
eres auténtico imán de palabras
eres genuino autor de felicidad fluida

oh! café, por favor haz que el momento
que con sabor haces que transcurra
regrese a mí sin mayores miramientos
y dure por lo menos una taza por cada luna.