20090727

Oh rainy day, come 'round

Me gustan las tardes lluviosas por dos razones. Una de ellas es ver llover desde mi ventana. Seguramente pensarás "¿y eso qué tiene de entretenido?". La verdad es que no tengo una respuesta clara para eso. Tal vez me entretengo con cosas muy simples. Tal vez lo hago porque lo sencillo resulta una especie de alimento para mí, que tengo tendencia a complicar todo. La única certeza con que cuento es el olor a tierra mojada. Creo que es una de las cosas más agradables del mundo. Le da un sentido de renovación a todo lo que observo debajo del agua cayendo. Ya sea un jardín, una banqueta, otra ventana... sea lo que sea, es como si la atmósfera se lavara, como si de pronto todo se detuviera y sólo se está ahí, mirando las gotas fundiéndose con el entorno, o chocando con él. Como si algo o alguien hablara y sólo observando la lluvia, escuchándola caer, pudiéramos reunir claves para descifrar un mensaje que, por supuesto, siempre es diferente.

La otra razón es tal vez un poco menos común. Hace poco pude hacerlo, y recordé cuánto me gustaba. Caminar bajo la lluvia puede tener un efecto un tanto terapéutico. Obviamente, hablo de una lluvia moderada, no de una tormenta, no me gusta para nada la idea de una pulmonía, gracias. Bajo el agua golpeando mi cabeza, las ideas fluyen un poco más lentamente, hasta convertirse en frases aisladas; incluso dan ganas de quedarse de pie en un lugar, y solamente sentir el aire alrededor. O no sentir nada. Ser testigo de la luz filtrándose entre prismas que gravitan un momento y se deshacen en el suelo. Ser parte de un fenómeno más allá de mí mismo, poco menos que perfecto (para serlo sólo me faltaría el tacto de tu mano). No sé, quizá ya estoy en el proceso de terminar de volverme loco, sólo me gustan estas cosas que de repente, y por extraño que parezca, resultan de ceder a un impulso ocioso y latente.

I wanna hold your hand.
- The Beatles






20090726

Pánico escénico

Escribí esto hace unos 2 años. Me recuerda que este asunto de la vida es una espiral.

Olvidó sonreír. Olvidó cómo era dejarse llevar por el momento. Dejarse arrastrar por la corriente y abandonar todo indicio de razón. Inesperadamente se sintió sin valor. Con el corazón oprimido por la fuerza de su mente; sí, una de esas ideas que se instalan en el subconsciente y no dejan actuar aunque se quiera. Aunque se haya estado deseando. Como un pánico escénico que obliga a pensar en lugar de animarnos simplemente a improvisar. Improvisar. Dejarse llevar. Nadar con la corriente. Todo parece un tren de palabras con algunos puntos suspensivos como polizontes. Sin destino fijo, las vías guiándolo sin más hacia la desesperación de lo desconocido. O mejor dicho, de lo desacostumbrado. De lo olvidado.

Otra vez el olvido. Otra vez el vacío. Otra vez el arte esquivo de la realidad. Y maldice el miedo, porque con él sus ganas resultan extras prescindibles en una obra de la que se ha vuelto director obsesionado con la perfección. Con la banda sonora de lo que ahora se ha convertido en una película. Con los ángulos, con la composición, con el guión. Con las palabras de una novela que no sabe cómo escribir. Lo peor del asunto es que todo está en su mente, y lo sabe. Y ya no ve el vaso medio lleno. Ni siquiera sabe qué es lo que tiene dentro… y ha perdido la mirada tratando de averiguarlo.

I want so badly to believe
that there is truth,

that love is real;
and I want life in every word,
to the extent that it's absurd.

- The Postal Service






20090723

El tren de la 1:00

¿Es física o psicológicamente posible poner la mente en blanco? O sea, como ahora intento. A que si digo lo que pienso no digo nada. De verdad no tengo idea de qué escribir. Sólo sé que quiero hacerlo. Pero no tengo una excusa. Ni inspiración... bueno, la poca que tenía puede ser que me la haya robado la voz del otro lado de mi celular hace un rato ;) Lo que me lleva a otra cuestión: ¿se puede pensar en algo que pensar? o lo que es más raro aún, si se tiene algo que se piensa todo el tiempo ¿se puede pensar en dejar de pensarlo? Seguramente habrá un momento del día en que dejamos de hacerlo. Tal vez bajo la regadera, o al arreglarnos, al desayunar, o en el tráfico... ¡momento! ¿en el tráfico? sí, así es, leyeron bien: en el tráfico.

Explico: De repente, y aclaro, muy de vez en cuando, me pasa que voy manejando como si nada, siguiendo la ruta de siempre, cuando de la nada ya estoy en un tramo del camino más adelante. Es como si despertara de un trance o algo así. Dicen que los hombres no podemos hacer 2 cosas al mismo tiempo -y generalmente estoy de acuerdo, afortunada o desafortunadamente somos simples-, pero... ¿cómo funciona mi cerebro entonces, puesto que mi mente puede irse, casi literalmente, mientras que mi cuerpo sigue al volante? ¿Acaso se debe a la rutina? ¿Tendrá que ver con quedarse viendo fijamente el coche de enfrente y sólo seguirlo a distancia prudente? ¿Se requiere tan poco para manejar? ¡Eso explicaría muchas cosas sobre nuestro amado y nunca bien ponderado transporte público! (rastreando sarcasmo: detectado 100%)


Lo que es más impactante aún (y que de hecho es lo primero que se me viene a la cabeza tras regresar de mi viaje), es que Alguien allá arriba, o abajo, o donde sea, porque se supone que es omnipresente, me quiere mucho, y por eso estoy aquí en este momento. Esto me lleva a otro pensamiento: ¿estaré destinado a algo grande? ¿a cambiar el mundo? ¿será posible que esto pase algún día, si de buenas a primeras se me van las cabras? Y ya subidos en este tren de ideas, si está escrito que haga algo "importante" por mi país, o por mi gente, o porque me dieron ganas... ¿estoy capacitado para llevar a cabo mi plan para tratar de conquistar el mundo? digo.. ahem.. ¿para tratar de mejorarlo? Es decir, ¿soy bueno en lo que hago?

Hace poco, en una reunión, me presentaban: "...él es mi amigo arquitecto, y es muy bueno, eh!" Sinceramente no pude evitar pensar "ok, probablemente lo sea (jajaja modesto el señor), pero ¿tú cómo lo sabes si nunca has visto un proyecto mío?" o sea, en qué te basas para decirlo? en que somos amigos y me consideras una buena persona y, por ende, buen profesionista, buen arquitecto? Ahora, esto no es cosa de autoestima, por supuesto que me considero bueno. Me lo han dicho varias personas (aunque confieso haber pasado por esa horrible etapa en que uno se pregunta por qué demonios sigue haciendo lo que escogió como carrera). Sin embargo, tampoco es cosa de democracia, evidentemente, ya que la arquitectura, como arte que es, es apreciada de forma subjetiva, lo que puede ser sublime para unos, puede apestar terriblemente para otros. Siguiendo esta lógica, ¿soy como un artista incomprendido? Seguramente, porque a esta hora (1 am) yo mismo entiendo muy poco de lo que a mis dedos les da la gana teclear.

Entonces, ¿qué lo hace a uno "bueno"? Es decir, bueno en general, bueno a secas. ¿Lo que hacemos? ¿cómo lo hacemos? ¿lo que pensamos? ¿lo que dejamos de pensar? Al final creo que lo bueno al cien por ciento no existe, ni lo malo. Probablemente no sea posible hallar mentes en blanco por completo. O en negro. Claro, si por eso se le llama "materia gris"...

With your feet in the air
and your head on the ground
Try this trick and spin it, yeah
Your head will collapse
But theres nothing in it
And youll ask yourself
Where is my mind?

- The Pixies

20090717

Desde el espejo

Desde el espejo todo parece más fácil. Puede ser que por eso me asuste a veces la silueta del otro lado. Sobre todo durante un apagón. Bañada en penumbras, la figura que observo frente a mí me resulta tan misteriosa y desconocida, que parece no ser yo, sino otra versión de mí. Una más oscura, más egoísta, tal vez. Como si todo aquello que oculto al mundo exterior quedara de pronto expuesto, sin protección alguna ni para mí, ni para quienes me rodean. Como un alma desnuda que, para no morir de frío o desesperación, decide alimentarse de los miedos o inseguridades de los demás. Incluso de sus recuerdos, manjares devorados ávidamente para poder poseer más historias de las que se puede imaginar.

No obstante, el reflejo es siempre objetivo. Puede ser más bien que yo no lo sea tanto. Puede ser que el miedo a la oscuridad, aparentemente superado a temprana edad por la mayoría de las personas, en
realidad se convierta en un temor latente en nuestra mente y nuestra memoria. Un temor al mundo detrás del espejo. Un temor a esa versión desconocida de cada uno de nosotros mismos.


Aún con todo esto, creo que lo verdaderamente difícil de devolverle (y sostenerle) la mirada al "yo" alternativo es no discernir en sus ojos la diferencia entre la luz natural o ambiental, y la que debería emanar de ellos. O sea, que los colores en las pupilas comienzan lentamente, poco a poco, a convertirse en sombras grises que se funden con el escenario. Y entonces el rostro se transforma gradualmente en una especie de máscara de yeso, sin expresión alguna que pueda ser sujeto de identidad. Sin embargo, sabemos que ésta está ahí, en algún lugar recóndito de nuestro ser, o quizá sólo está escondida tras el marco del espejo. Aunque tal vez la persona ideal, ese "yo" perfecto (o imperfecto) que queremos ser, prefiere permanecer oculta a nuestra propia mirada. ¿Quién sabe? Puede ser que haya una remota cantidad de universos entrelazados entre sí, de los cuales sólo percibimos uno de tantos posibles reflejos, como mirarnos en el agua y no poder distinguir con claridad el fondo. Puede ser que el punto de conexión entre esos mundos, entre esas identidades, sea precisamente el plano copiado de nuestro entorno, con nuestra imagen impresa, que decidimos colgar sobre un muro cualquiera.

Tal vez sólo basta reunir el coraje necesario para atravesar ese plano. Tal vez se pueda explorar cuanto queramos, conocer y convivir con todas nuestras versiones, las del pasado, presente, y los posibles futuros. Tal vez todo sea más fácil del otro lado del espejo.

Who is the man I see
where I'm supposed to be?

- Keane




20090712

Detalles de una alegoría

Me recuerdo preso de la dulce transición de tu mirada a tus labios.
Me supongo libre de todo tipo de miedo. De todo tipo de tiempo.
Nos volvemos entes desafiando las nubes,
conquistando la luna,
habitando el espacio entre el agua y la espuma.

Me convierto en alquimista de palabras imposibles,
para ver si así consigo detenerme en el milagro de tu boca.
Para ver si puedo conjurar alguna fórmula infalible
contra lo efímero de este momento
que se vuelve nada más que consecuencia
de un ardid publicitario de mi mente.

Cuento los segundos implacables que le quedan de vida
a este mundo paralelo. A este inocuo universo.
Y de repente todas las piezas concuerdan si sonríes.
Ya no importan sobredosis de pensamientos.
Ya no importan las crisis de incertidumbre
Todo está bien cuando te escucho hablarme de tus sueños
con esa claridad que te sigue a cada paso,
con esa paz que emana de tus ojos de ocaso.

Así, frente a frente, es como quiero estar siempre.
Percibiendo tu voz infiltrándose en mis venas.
Sintiendo que subsisto a base de suspiros.
A base del tacto de tu nariz con la mía.
Entonces tomas mi mano,
y mis dedos se entrelazan con los tuyos tan despacio
como puede ser posible conocerte.
Te acercas y me besas
tan natural como inesperadamente,
y navegamos entre estrellas y notas musicales
y planetas que cambian de color a nuestro alcance.

Al final, comprendo que todo esto no es más que
una ficción demasiado perfecta,
en la que estas líneas se convierten en poesía,
y los versos intentados tocan tu alma.
Lo que sí hay de cierto es un te quiero
que gravita dentro mío
y que simplemente quiero estar contigo,
aún sin espacio ni planetas,
sin crestas marinas, ni lunas, ni acordes,
ni siquiera estrellas que mirar.
Verás, me encanta la versión de ti
que asalta mis ideas y mi descanso,
y puedes llamarme irremediablemente loco,
pero adoro mucho más estar despierto
para poder verte a los ojos.


So when I see you next we'll make the most of it,
tell the sun to start moving again.

- Athlete


20090701

Diálogo interno (sobre el karma)

- Qué onda.
- Qué hay.
- Nada, aquí. Tú?
- Pues igual. Qué pasó, para qué me llamaste?
- Yo? No sé de qué hablas.
- Sí, claro no te hagas, siempre que le das demasiadas vueltas a algo (y eso ya es decir) me consultas.
- Mmm, no, no es cierto.
- Ajá...Y quién te hace el paro cuando de plano ya no sabes cómo reaccionar?
- Pues... pues tú.
- Ya ves? A ver ya, dime qué quieres, que tengo cosas que hacer.
- Está bien. Básicamente me preguntaba sobre el karma y esas cosas.
- Ajá.
- Tú crees que hay como un límite? o sea, hasta qué punto es válido eso de que todo lo que haces se te regresa?
- O sea cómo?
- Sí sí... ya sabes, si eres un ojete con la gente, al rato la gente va a ser ojete contigo, si haces cosas buenas te pasan cosas buenas y eso.
- Chale, me estás diciendo que por esas tonterías me tienes siempre encerrado y sólo me dejas salir cuando hay vodka?
- Pues... no, no es tanto eso... Bueno sí, la neta es que a veces te puedes poner muuuuy malacopa. A poco crees que ya se me olvidó que casi me saboteas el otro día?
- Jejeje... Nomás tantito, pero bueno, tiene que haber un balance no?
- Esteee... sí sí lo que digas, pero entonces cómo ves
- Mmm no sé, a ver dame un ejemplo.
- Supongamos que yo quiero alg..
- Pues lo tomas y ya! No seas wey!
- Déjame terminar! Supongamos que quiero algo, pero si hago algo para conseguirlo muy probablemente altere mi buen karma...
- Por qué o qué?
- Porque implicaría quitarle ese algo a alguien... aunque de todos modos no depende sólo de mí.
- Ajá... o sea como quitarle un dulce a un niño?
- Esteee... sí... algo así...
- Ajá...
- Entonces... digamos que lo obtengo, pero a cambio me quedará un cargo de conciencia muy grande... o bueno, pensándolo bien, quién sabe qué tan grande, pero seguro lo habrá. Y lo verdaderamente malo no es estar tranquilo contigo (de todos modos siempre me estás chingando), sino que después se me va a regresar quién sabe de qué forma. Y estar pensando en esto, en lugar de estar actuando con respecto a lo que deseo, hace que me pregunte qué tanto lo deseo, porque si realmente quieres algo (y no me encanta darte la razón) pues lo tomas y ya, no?
- A ver si entendí: dices que no sabes si quieres ese algo?
- No! Concéntrate! Sí lo quiero, de eso estoy seguro. Pensaba que no, pero ya descubrí que es algo que no puedo evitar.
-Zas... malditas drogas..
- No estoy hablando de drogas! Chale ya me acordé porqué casi no hablo contigo, no se puede.
- Ya ya ya, cálmate, pareces nena, sólo bromeaba. Uy, no aguantas nada... A ver, qué más?
- Qué más de qué?
- Cómo de qué! Pues cómo está eso de que no lo puedes evitar?
- Mmm... pues ya sabes, ya estuviste ahí
- No, no sé.
- Ash...me vas a hacer decirlo... lo que quiero decir es que ya traté de borrar todo eso de mi mente, y por un tiempo pensé que lo estaba consiguiendo, pero bastó un momento para darme cuenta de que no. Es más, yo creo que la cosa empeoró, si es que se puede aplicar la palabra.
-..... A ver espera, espera.... estás hablando de lo que creo que estás hablando????
-Esteee.... de qué?
-No te hagas wey!!! estás hablando de esa palabreja de 4 letras, acaso???
- Nooo.... no
- Nooooo, no es cierto!!! Sí es eso!!! Ya decía yo que estabas demasiado sensible últimamente!!! Jajajaja pero cómo creeeees??!!!
- Pues es que...
- Nada, no digas nada! Habíamos quedado que esto no iba a pasar!!! O qué, ya no te acuerdas de cómo terminó todo la última vez???
- Sí, cómo olvidarlo. Tuviste mucho que ver, por cierto.
- Claro, si llevó todo mi sello!
- ...pendejo...
- Qué dijiste?
- No no, nada...
- Está bien, admito que me pasé, la verdad no eras tú, era yo, o bueno sí eras tú, pero al mismo tiempo yo, y pues ya sabes que eso de pensar no se me da demasiado. Es más no sé porqué me preguntas cosas me cae.
- Pues básicamente porque no me queda otra opción.
- Ok, haré como que no dijiste eso.
- Bueno, bueno ya, entonces qué hago??? aplica en este caso el karma???
- Yo creo..... que te hace falta alcohol.
- (¬¬)
- Jajajajaja oohh pues... te digo que no aguantas nada... A ver, estás seguro de que lo quieres no?
- Sí.
- Y estás seguro de que es algo que te haría feliz
(y a mí)?
- Sí.
- Entonces... yo digo... (pon atención, que no lo vuelvo a repetir) que hasta el karma tiene excepciones, cuando es por las razones adecuadas.
- Y cuáles son las razones adecuadas???
- Cállate! He dicho!
- Si me dices habrá alcohol...
- Aaah! muy bien, ya estás aprendiendo! Está bien, te lo diré: yo creeeeeooooo......
.... creo.....
.... creo..
- Quéeeee????
- Oh, ya voy ya voy! Creeeooo que... las razones adecuadas para que el karma no aplique, son precisamente aquéllas que nos complementan.
- Nos?
- Pues claro! A poco crees que te puedes librar de mí así como así? A lo que voy es que si es bueno para ti, es bueno para mí, y al final los dos somos felices y nos llevamos bien. Aquí sí aplica el "que sea lo que Dios quiera". O sea que ya no te preocupes tanto, pues.
-Mmm... pues sí, puede ser que tengas razón, de hecho no puedo hacer muchas cosas a gusto porque me la paso pensando en todo lo que implica conseguir lo que quiero, si es que lo hago...
- A ver a ver a ver, momento, que soy lento... ni siquiera sabes si lo vas a conseguir, y ya te estás preocupando por las consecuencias???
- Pues... más o menos, sí
- Aaaaaaaarghhh no puede ser!!!! Y qué esperas para actuar!!! Sólo me haces enojar!!!!
- Pero es que...
- Pero nada!!! es más, vete de aquí, recuerda que el depresivo y malacopa soy yo! Luego me compensas con unas chelas, o ya de perdida un videojuego (por cierto ya le eché el ojo al Prototype)
- Ok ok ya voy!
- Fuera! shoo, shooo!
- Oye
- Queee?
- Gracias... creo.


(Por si no lo habían notado, o mi defectuosa redacción no les dejó entender muy bien, esto fue una conversación que mantuve con mi otro yo hace poco)

My thoughts were so loud
I couldn't hear my mouth.

- Modest Mouse