20090804

So give me coffee and TV

Hoy es martes. Y de repente, se me olvidó que lo era, pensé que era miércoles. Creo que existe una explicación perfectamente lógica: el vaso de frapuccino moka con crema batida que me estoy tomando en este momento. Ya sé, probablemente después me queje de su casi obsceno contenido calórico (jajaja naah, no es cierto), pero no me importa. Y es que un café como este, específicamente, es una de las cosas más deliciosas del mundo. Si me dan a escoger entre esto y el aroma de las palomitas recién hechas, la verdad es que me pondrían en una verdadera encrucijada. Sería una lucha encarnizada entre dos monstruos hechos de sabrosura. Me atrevo a decir que hace que el tiempo se pase más rápidamente y, contrariamente a lo que comúnmente se pensaría que provoca, es decir, la aceleración de los sentidos, a mí en particular me relaja bastante. Porque cuando uno mejor se la pasa es cuando más rápido transcurre el tiempo ¿no? ¡Qué diablos! de repente ya son las 11 de la mañana.

Y es que, independientemente de sus propiedades acelerísticas (¡bravo! acabo de inventar una palabra) y al mismo tiempo relajantes, no se puede negar que una taza/vaso/lata de café, ya sea caliente o frío -prefiero este último, si me preguntan- resulta el pretexto perfecto para interactuar no solamente con otras personas, sino con nuestro propio mundo. Piénsalo: ¿a poco no trabajas más a gusto con un café a la mano? ¿no fluyen mejor las ideas? Y si lees un libro ¿no imaginas más fácilmente personajes y escenarios? Si conversas con alguien ¿no te cuesta menos trabajo aclarar lo que vas a decir antes de hacerlo, o entender por completo lo que te dice? Oh yeah, let it flow.


Por estas razones (ok, seguramente hay muchas más, pero para mí éstas son las principales), he aquí una oda corta al café, totalmente improvisada:

oh! café, que desarmas conflictos,
con tu líquida sustancia,
pequeña fuente de desvaríos

oh! café, que haces juego con ojos y sonrisa,
eres auténtico imán de palabras
eres genuino autor de felicidad fluida

oh! café, por favor haz que el momento
que con sabor haces que transcurra
regrese a mí sin mayores miramientos
y dure por lo menos una taza por cada luna.



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