20091114

Crónicas sobre la Memoria Desequilibrante y unos Momentos de Belleza I

Ayer la luna se vistió de gris, quizá para tratar de camuflarse con el día nublado. Felizmente para mí, no lo logró. Y creo que haga lo que haga, yo nunca podría dejar de darme cuenta de cómo ilumina cada espacio y momento con su sola presencia. De cómo parece que provoca un equilibrio entre el caos de mis circunstancias. Lo mejor, y quizá sea ésta la clave de su efecto sobre mí, es que ella lo hace sin saberlo, de forma total y absolutamente involuntaria. Y entonces no me quedan más opciones que sentirme afortunado por ser capaz de apreciar el mundo bajo la luz que ella despide.

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